El marco de Basilea IV y su implementación conllevarán retos sin precedentes para todos los bancos europeos, especialmente en lo relativo a los datos y la arquitectura informática, con motivo de los nuevos requisitos. La infraestructura informática debe ser más potente para permitir los cálculos en paralelo mediante los métodos normalizado (Standardized, STD) y basado en calificaciones internas (internal ratings-based, IRB) y, al mismo tiempo, estar más integrada para garantizar la integridad de los datos en las distintas disciplinas de contabilidad, gestión del riesgo y elaboración de informes reglamentarios. Los retos que conlleva Basilea IV tendrán una enorme repercusión en la estructura interna de los bancos. . La Autoridad Bancaria Europea (ABE) exige que cada banco realice un estudio cuantitativo de impacto para conocer el impacto que tendrán los cambios en su infraestructura. Los bancos deben ser muy conscientes de las implicaciones del reglamento Basilea IV y preparar lo necesario para ceñirse a los requisitos.